Razones por las que deberías visitar la ciudad de Quebec
La ciudad de Quebec es una de las ciudades más famosas dentro de la zona francesa de Canadá y es una visita obligada. Si bien Montreal puede atraer con su ambiente urbano, cosmopolita y su animada escena de restaurantes, la ciudad de Quebec tiene un ambiente exclusivamente canadiense: pintoresca y con una historia fascinante, hermosos edificios y clásicos culinarios. Las dos ciudades están a una distancia de tres horas, pero si solo tienes tiempo para visitar una, te damos aquí las razones de por qué la ciudad de Quebec debería estar en tu lista de deseos de lugares de viaje.
Arquitectura histórica
Sí, Montreal tiene un lindo casco antiguo con calles empedradas, galerías y restaurantes clásicos que son perfectos para una tarde de paseo. Dicho esto, no hay casi ningún lugar en América del Norte que pueda competir con las grandes fortificaciones amuralladas del Viejo Quebec. Designada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es la única ciudad muy al norte de México y Estados Unidos que aún conserva intactas sus murallas históricas. Repleto de edificios de los siglos XVII y XVIII, el Viejo Quebec es una visita profundamente evocadora. Dirígete al barrio pintoresco de Quartier Petit-Champlain, un sitio ideal para ir de compras.
El carnaval de Quebec
La ciudad de Montreal está repleta de festivales durante todo el año, desde el Festival Internacional del Jazz en junio hasta el festival de música electrónica al aire libre de enero, el Igloofest. En la ciudad de Quebec, hay un punto culminante anual en la época de frío que ocurre cada febrero: el Carnaval de Quebec. Celebrado por primera vez en 1890, ha sido una celebración anual desde los años cincuenta y presenta magníficas esculturas de hielo, desfiles nocturnos, carreras de canoas congeladas y una alegre mascota de muñeco de nieve, llamado Bonhomme. Toma una copa de caribú, similar al vino caliente pero con whisky y jarabe de arce y participa de todos los festejos.
El entorno natural de la ciudad
Montreal es una isla y, si bien hay hermosos espacios verdes tanto dentro como fuera de su centro urbano, el entorno natural épico de la ciudad de Quebec ocupa el primer lugar. Justo al noreste del Viejo Quebec, a lo largo del río San Lorenzo, el vertiginoso Chute Montmorency, sostenido por acantilados boscosos, se eleva a 83 metros, incluso más alto que las Cataratas del Niágara. A 30 minutos en auto de la ciudad, puedes encontrar valles, lagos y verdes montañas, además de densos bosques y campos ondulados. Al otro lado del San Lorenzo se encuentra la pintoresca Île-d’Orléans, hogar de pueblos históricos y granjas de fresas.
Los canadienses se toman muy en serio los trineos. Las pistas de trineo datan desde el siglo XIX, una de las atracciones más antiguas de la ciudad que ha paseado a varias familias por la ciudad de Quebec todos los inviernos desde 1884. Súbete a un trineo de madera con hasta tres de tus seres más queridos y deslízate por la pista, con vistas al icónico Château, Frontenac por un lado y el río San Lorenzo por el otro, a una velocidad de hasta 70 km/h.
El idioma francés
Aunque Montreal es la ciudad de habla francesa más grande del mundo después de París, en realidad el corazón de la ciudad es fluidamente bilingüe. Para una experiencia totalmente francesa donde puedes practicar tus habilidades con el francés y tener una idea de la verdadera cultura quebequense, la ciudad de Quebec ofrece esto y más con creces.
Menos densidad urbana
Con más de cuatro millones de habitantes, Montreal es una de las ciudades más grandes de Canadá, y eso conlleva una sensación densa, urbana y cosmopolita. Si bien esto es emocionante para tu viaje, hay algo encantador en el tamaño íntimo de la ciudad de Quebec. La población metropolitana de la ciudad es un poco más de 800,000 personas pero no pienses ni por un momento que esto es una especie de remanso. Como la segunda ciudad más grande de la provincia y la séptima más grande de Canadá, Quebec tiene un gran impacto cultural.
Museos y sitios históricos
¿Eres aficionado a la historia? Si bien encontrarás destellos de la historia francesa de Canadá en Montreal, la ciudad de Quebec está repleta de visitas obligadas que, en muchos casos, son más antiguas que el propio país. Desde la basílica dorada de Notre-Dame, construida en el corazón del Viejo Quebec en 1647, hasta la fortaleza de la ciudad, el edificio militar más antiguo de Canadá y encontrarás abundantes estructuras históricas. Los amantes de los museos también se divertirán: la ciudad de Quebec alberga el peculiar Musée de la Civilization, uno de los museos más visitados de Canadá, así como el Musée national des beaux-arts du Québec, repleto de obras maestras.
El Acuario de Quebec
¿Te apetece conocer a un oso polar? ¿Qué tal una morsa? Bueno, puedes hacer exactamente esto en el Acuario de Quebec, un enorme espacio que alberga a más de 10 000 animales, incluidos anfibios, reptiles, invertebrados, mamíferos marinos y muchísimos peces. A solo un corto viaje desde el centro de la ciudad, el lugar es ideal para familias. En presencia de un guía, se pueden tocar rayas atlánticas y cangrejos herradura, y los niños pueden quemar energías en un circuito de aventuras al aire libre.
Patinaje sobre hielo
La ciudad de Quebec podría ser la capital mundial del patinaje sobre hielo. Durante los helados meses de invierno, encontrarás pistas de patinaje al aire libre escondidas entre parches de bosque cubiertos de nieve, en lagos, en estaciones de esquí y junto a algunos de los lugares de interés histórico de la ciudad. Una de las más encantadoras es la pista de la Place D’Youville, que choca contra los antiguos muros de piedra de la Porte Sainte-Jean. ¿No tienes tus propios patines? No te preocupes, podrás rentarlos en el sitio.
El hotel de hielo
Montreal tiene grandes hoteles, pero nada como el increíble Hôtel de Glace de la ciudad de Quebec. El único hotel de hielo de América del Norte, sus 44 habitaciones se construyen cada invierno utilizando aproximadamente 30.000 toneladas de nieve y otras 500 toneladas de hielo. Cuenta con una capilla, un tobogán de hielo e incluso una bañera de hidromasaje al aire libre, el hotel organiza recorridos diurnos si no te apetece desafiar el frío en una estadía de una noche.
Paseos en ferry por el San Lorenzo
El poderoso río San Lorenzo se abre camino tanto por la ciudad Montreal como por la ciudad de Quebec. De hecho, este río desempeñó un papel clave para ayudar a ambas ciudades a prosperar. Sin embargo, cuando se trata de sumergirse en sus aguas, la ciudad de Quebec lo hace con verdadero estilo. Te recomendamos hacer un viaje en ferry en los meses más cálidos y serás recompensado con vistas de la campiña circundante, así como del hermoso horizonte histórico. El mágico Château Frontena, uno de los hoteles más fotografiados del mundo, domina el paisaje urbano.